Nuestra ciudad, nuestra gente, se siente abandonada y a la deriva. En el peor momento de la violencia, el gobierno central nos dejó solos cuando nuestros propios gobernantes perdieron el control y la crisis los pasó por encima. Mientras nadie se hace cargo, Rosario se desangra y ya no es el lugar que alguna vez elegimos para vivir. Pero no es mi intención hoy señalar responsables, sino buscar soluciones antes que la situación se vuelva irreversible. Y creo, sinceramente, que la última chance que tenemos es construir una nueva fuerza política transversal que gane las elecciones y tome las riendas de la situación. Una nueva generación de distintas ideologías, miradas y recorridos, pero con un único objetivo: construir una ciudad sin miedo. Todo lo demás, queda para después.
Por eso, a partir de hoy voy a empezar a juntarme con todos. Referentes políticos y sociales, sindicales y religiosos, culturales y empresariales. Con gente que se organiza desde distintos espacios para buscarle una vuelta a la situación. En Rosario hay solo dos bandos, hay una sola grieta: las mafias, por un lado, y la gente decente, por el otro. Tenemos que desbordar las fronteras partidarias y darle lugar al poder ciudadano, unirnos para expulsar a la violencia de nuestra ciudad. Juntarnos los que tenemos las ganas, las ideas y la valentía para emprender una lucha que será dura pero es inevitable porque, si no la damos, nos vamos a quedar sin ciudad. Todavía se puede. Necesitamos de todos y de todas porque no hay más tiempo.
Mucha gente cuando me cruza en la calle, ya con más resignación que bronca, me pregunta: ¿Qué hacemos para salir de ésto? Yo les digo que, mientras gobiernen los mismos de siempre, no hay salida. Y que para construir una Rosario sin miedo se necesitan tres cosas:
1) Una fuerza potente y capaz, que es la que invitamos a construir.
2) Un plan coherente y eficaz, que venimos diseñando hace años.
3) La valentía necesaria para llevarlo adelante, enfrentando lo que haya que enfrentar. Es decir, políticos sin miedo. Y creo que, si algo demostré y demostramos todos estos años, es que coraje no nos falta.
Con estas tres cosas y con el protagonismo de la gente, podemos hacerlo. Es ahora.
Gabriel Benjamin Kesler
3 abril, 2023 at 21:00
Mo hay otro camino. Y no se ha escrito la historia de ningún cobarde. Adelante.