Para no olvidar

Una esquina cargada de memoria

Se inauguró un sitio de memoria en la esquina de Boulevard Oroño y Córdoba, donde el 28 de noviembre de 1972 fue visto por última vez Ángel “Tacuarita” Brandazza. Su desaparición y asesinato es el caso más antiguo registrado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).

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“Soy Brandazza, me secuestra la policía”, dice el memorial que lo recuerda. Las mismas palabras que gritó a modo de auxilio y denuncia cuando intentaba escapar de sus secuestradores, que lo llevaban en el baúl de un auto Chevrolet 400 celeste a la comisaría 5°, donde fue torturado hasta su muerte y su cuerpo fue desaparecido en el río Paraná.

A partir de la inauguración de esta señalética, que forma parte del Programa Marcas de Memoria, una iniciativa de la concejala de Ciudad Futura, Luz Ferradas, junto a sus compañeros Caren tepp, Jesica Pellegrini, Juan Monteverde y Pedro Salinas se recuperan y visibilizan en el espacio público procesos de memoria colectiva, para que esta vez las calles de Rosario sean escenarios de reparación y nunca más de muerte y terror.

“A 50 años de su desaparición y secuestro, está claro que fue la apertura de lo que luego iba a ser un plan sistemático de secuestro y tortura de tantos argentinos. Por eso, queríamos poder celebrar la vida de Tacuarita y señalizar esta esquina con una frase que esperemos llame a muchos jóvenes a conocer quién fue él”, afirmó la edila Luz Ferradas, autora del proyecto. Y continuó: “Es fundamental conocer la historia para no repetirla, saber que hay muchos jóvenes desaparecidos por su militancia. Está bueno que las generaciones de jóvenes de hoy puedan conocer esa historia y recordar lo que no tiene que suceder nunca más”.

Tacuarita presente

Ángel “Tacuarita” Brandazza tenía 23 años, había llegado de Venado Tuerto para estudiar Ciencias Económicas y militaba en el peronismo de base. Además, formaba parte de la Unión de Estudiantes del Litoral, era reconocido por sus compañeros y compañeras por su gran militancia y su compromiso, sobre todo, en los barrios populares de la ciudad. Por su espíritu entusiasta y su compromiso solidario.

En 1973 se conformó una comisión especial bicameral de la provincia de Santa Fe, la comisión de Apremios y Torturas Ilegales, que fue integrada por diputados y senadores de aquel momento, que también fueron víctimas de seis atentados a lo largo del año que llevaron adelante la investigación. “Esa comisión investigó, reconstruyó los hechos, y pudo señalar incluso quiénes fueron los involucrados. Con tanto detalle, con tanta prueba, con tantos testimonios y testigos que incluso algunos de los responsables que fueron sindicados estuvieron presos durante un corto tiempo, entre los cuales estaba mi padre  y que, sin embargo, con el pedido al poder Ejecutivo de que el caso fuese juzgado por una corte militar hizo que todo el trabajo de esta comisión quedara en la nada y al poco tiempo los culpables fueran liberados”, describió la concejala Ferradas. Y continuó: “Inaugurando lo que fue sin lugar a dudas un periodo de garantías de la impunidad, que fue el mojón que conformó un accionar sistemático de secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones que sufrieron miles de argentinos y argentinas en los años que vinieron por delante”.

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